'To help those in need get moving…'

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Caminaba unas 6 cuadras de ida y vuelta para tomar un carro hacia y desde mi oficina, cada día me era más difícil el caminar debido a la secuela de polio en mi pierna izquierda y al síndrome de post polio que atacaba mi cuerpo agarrotándose en mi andar.

Un día comenté esto con un amigo y al día siguiente recibí la llamada de mi ángel salvador José Orozco quien a través de Purinapaq, una ONG canadiense  me ofrecía un scooter para poder movilizarme.

Hasta que hablé con él no sabía bien que es lo que me ofrecía, solo sabía de la existencia de las sillas de ruedas a motor. Cuando llegó a mi casa con el scooter, lo armó, fuimos juntos a una estación de gasolina para que lo laven, lo manejé y no podía creer lo que sentía, no podía creer que eso, sería para mi.

Cómo cambió mi vida, bueno, lo puedo decir simplemente señalando que me dió libertad. Ya no caminaba para ir a trabajar, pero eso no era todo, abrió un mundo mágico para mi.

Ya podía ir a la bodega, a la lavandería, a visitar a alguna amiga, etc. sin esfuerzo y sin desgaste. Mi vida cambió por completo, me sentía como un ave fuera de su jaula. No tengo palabras para agradecer lo que el scooter significó y significa para mi.


Chabuca Vera Merea

Oct 2010, Lima - Peru

Soy una persona con discapacidad severa producto de una enfermedad congénita que desarrollé desde mi niñez y debido a ello pasé muchos años sintiendo que mi posibilidad de tener una vida normal estaba más que limitada y gran parte de ello se debía a mi imposibilidad para movilizarme de forma independiente.

Pero en diciembre del año 2014 todo esto cambió cuando después de unos meses de gestiones muy comprometidas, el director de la ONG Purinapaq Aid Project hizo realidad para mí el sueño de recuperar mi anhelada movilidad con la entrega de una silla de ruedas eléctrica totalmente adecuada a mis limitaciones físicas y a mis necesidades de transporte.

Desde que recibí esta maravillosa ayuda biomecánica puedo decir con total seguridad que mi vida cambió radicalmente pues con mi independencia de movilidad recuperada, empecé a andar por caminos que antes pensaba ya negados para mí.

Ahora puedo asistir a un colegio donde estoy a poco de terminar mis estudios secundarios y luego de eso empezaré con mi proyecto más imp

Rosa Valdivia Poma

Dec 2014, Lima - Peru

importante que es el de tener una educación superior y poder ser una profesional. También he podido participar con independencia en diversas actividades en el Instituto Nacional de Rehabilitación dónde llevo mis terapias. Y actualmente estoy por empezar mi entrenamiento como seleccionada BC3 del equipo nacional de Boccia con miras a participar de los juegos Parapanamericanos Lima 2019, todo esto con la ayuda de mi silla de ruedas eléctrica.

Hasta cosas tan sencillas como poder salir a correr por el parque cercano a mi casa con mis sobrinas, irme a pasear sola a un centro comercial o  viajar cada domingo con mi silla de ruedas en el tren eléctrico para ir al colegio acelerado, todas cosas tan alejadas de la realidad antes para mí, ahora son parte de mi día a día y no puedo estar más agradecida con Dios por cada momento en el que poniendo a andar mi silla de ruedas eléctrica sé que tengo nuevamente la libertad de poder decidir el camino por el cual quiero y puedo andar por mí misma. Es una sensación maravillosa, un pequeño y al mismo tiempo gran milagro, milagro que debo a la importante y valiosa obra que hace Purinapaq Aid Project para cambiar de manera tan fundamental la vida de las personas con discapacidad como yo.

Aprovecho esta oportunidad por medio de mi testimonio para agradecer a Purinapaq Aid Project y a todo el grupo humano que la conforma y de manera especial al señor José Orozco por todo el apoyo que me han brindado para yo pueda tener mi silla de ruedas y por el aporte tan grande que han hecho con ella para la mejora de mi calidad de vida.

Testimonials

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Me siento inmensamente agradecido con PURINAPAQ  por haberme ayudado a revertir mi situación de dependencia y darme la oportunidad de poder enfrentarme a mi mismo y a la sociedad con mayor autonomía puesto que fui beneficiado con una silla eléctrica y desde aquellos dias a hoy estoy logrando mayor integración a través del transporte que me permite movilizarme por toda la ciudad y del mismo modo exigir a las autoridades la accesibilidad  urbanística y arquitectónica.

Espero esto para otras personas en mi condición también puedan acceder a este beneficio ( silla eléctrica) para así poder lograr sus propósito y cumplir sus metas. Infinitamente agradecido y que dios los bendiga, a todos los que hacen posible en esta gran ayuda.

Y QUE LA ALEGRÍA SIEMPRE HABITE EN SUS CORAZONES.

Victor Suarez Velasquez

Sept 2014, Huacho - Peru

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Barbara Ventura Castillo

Dec 2012, Lima - Peru

Para mi tener mi silla a motor  significa libertad, no depender a donde y como manejan tu silla, en otras palabras son mis piernas.  Hasta con ella baile en mi reciente matrimonio. Con ella he viajado hasta el extranjero, asisto a conferencias y me es más cómodo  en mi desplazamiento al momento de exponer.

Definitivamente cambio mi vida por completo, manejo a la velocidad de la luz jajajjajajajajaja y soy independiente. Mil gracias Purinapaq.

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Germán Salazar Adanaqué

April 2017, Piura - Peru

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liderazgo como Coordinador Nacional promoviendo el desarrollo, la integración y la evangelización de las personas con discapacidad siempre apoyado y movilizado por mi gran amigo Colaborador Arturo Arrieta, aquí fue la escuela de mi vida donde me desarrollé en muchos aspectos y puse en práctica mi vocación de servicio a los demás, dándole esto un extraordinario sentido a mi vida.

Con el transcurrir de los años también avanzó mi discapacidad viendo disminuidas mis fuerzas y limitados más aún mis movimientos, hasta que conocí al buen amigo José Orozco Presidente de la Ong´ Purinapaq Aid Project vínculo de cooperación para con la Fraternidad y sus integrantes, quien acogiendo la recomendación de amigos de la misma Frater especialmente del R.P. Claudio Wollseifen (QEPD) decide apoyarme con una silla de ruedas automática enviándomela desde Toronto, Canadá con el amigo Pablo a mi casa en Piura un 28 de abril del 2017.

Realmente me siento bendecido por Dios usando esta silla automática que siempre anhelé tener, pues ahora ahorro mucho desgaste físico, me movilizo con mayor rapidez e independencia en mi casa, en mi comunidad y en las actividades que realizo en la Frater para reuniones y visitas de motivación a otros hermanos con discapacidad, lo cual ha mejorado mi calidad de vida.

Por este motivo, agradezco y a la vez felicito sinceramente a Purinapaq por donarme la silla de ruedas automática y por la extraordinaria labor de ayudas que realiza en favor de las personas con discapacidad, un abrazo fraterno y que la alegría llegue a sus corazones!!!!



Yo nací con Artrogriposis Múltiple Congénita siempre quería tener una silla motorizada veía a algunos de mis amigos que lo tenían en el colegio y veía como se desplazaban solos.


Cuando ya estuve en secundaria algunas veces mis amigas me la prestaban  y yo aprendí  a manejarla, pero era muy difícil adquirir una por los altos costos que significaban.


Siempre fue mi sueño tener mi propia silla y esto se concretó en el 2012 gracias a una comunicación con mi amiga Mónica Ochoa  y ella a su vez con José Orozco de la ONG Purinapaq  y así fue creciendo esa cadena de ayuda.  


Todo fue un aprendizaje al momento que José me enseño a armar la silla, como cargarla correctamente, qué hacer cuando se pinchan las llantas … Gracias a dios  la cuido muy bien y sigue operativa.


Hola amigos, me llamo Germán Salazar Adanaqué, tengo 58 años de edad y soy peruano, deseo compartirles que a la edad de 3 años adquirí la discapacidad Poli Neuropatía dejándome secuela en mis piernas y manos, a los 11 años en plena época escolar perdí paulatinamente la fuerza en mis miembros inferiores por lo que dejé de caminar y también tuve que dejar mis estudios, desde entonces viví la gran parte de mi adolescencia y juventud aislado en mi casa sumido en complejos, depresiones, sentimientos de inseguridad y sin silla de ruedas.

Luego de un tiempo, conocí y me integré al Movimiento FRATERNIDAD CRISTIANA DE PERSONAS ENFERMAS Y CON DISCAPACIDAD acercándome al mundo de otras personas con discapacidad donde aprendí a aceptar mi discapacidad superando mis complejos, valorándome a mí mismo sintiéndome útil y capaz; en la Fraternidad Peruana asumí mi apostolado de liderazgo

Mi nombre es María Santillán, tengo sesenta años; naci en Perú en la región Amazonas.


A los seis años, me dio la poliomielitis severamente, a los siete estuve hospitalizada dos años y medio para mi rehabilitación en Lima. Cuando me dieron de alta mis padres se habían trasladado a Chiclayo, una ciudad en la costa peruana, ahí estuve hasta los dieciséis años usaba soportes hasta el pecho y caminaba media hora por día. A los dieciséis nos trasladamos a Lima, en el hospital sugirieron a mi familia que era mejor una silla de ruedas. Pase muchísimo tiempo en mi cama con grandes deseos de salir a la calle y poder estudiar.


Paso mucho tiempo, me donaron una silla de ruedas allí me trasladaban, pude terminar mi secundaria, no continúe estudiando, mi familia atravesaba momentos difíciles mi padre quedo con una discapacidad por una sobre dosis de anestesia, mis hermanos tuvieron que trabajar para alimentarnos; yo no salía por no poder manejar la silla, mis brazos y manos  eran débiles y al paso de los años disminuyo mis fuerzas por el síndrome de la pos polio.

Maria Santillan

April 2013, Lima - Peru

Conocí un movimiento de la  iglesia católica a los veinticinco años, ahí me motivaron a ver la vida de una manera positiva; un amigo que también tenía discapacidad, venia en  taxi me llevaba a los talleres de auto estima y de otros temas necesarios, para la formación de nuestra identidad, uno de aquellos temas era nuestra misión, de ir a visitar a otras personas en situación de discapacidad que no podían salir y vivían creyendo como yo, que por estar discapacitados no tenían derecho a nada. Para ir a visitarlas, era necesario movilizarse ir de casa en casa con la direcciones que previamente se conseguía.


Aquellas visitas las hacía con apoyo de jóvenes colaboradores, pero cuando no venían a apoyarme, era para mí muy triste y desesperante, porque no podía movilizarme sola. Como un hecho anecdótico de esta situación, fue que  quería  confesarme y la única manera que tuve a mi alcance fue el teléfono; llame a la parroquia a unas seis cuadras  de distancia y le pedí al sacerdote que me confiese por teléfono, él me dijo tienes que venir.


Así pasaron muchos años, pero un mañana, me llamó padre Claudio Wollseifen, acompañante del movimiento, para decirme que una silla eléctrica llegaría de Canadá para mi, él era muy gracioso así que no le creí;  pero para mi mayor asombro fue que al encontrarme en el chat, a José Orozco, a quien había conocido poco tiempo, me dijo igual que el  padre, la verdad me asuste pensando en el costo de la silla, y que no podríamos pagarla porque hacía un mes que me había fallecido mi mamá y mis hermanos no están en condiciones económicas para enfrentar este gasto, pero  él me explico que el padre  consiguió pagar la baterías y pasado mañana la silla está llegando a Perú con dirección a mi  casa, no podía creerlo, le dije no, no, yo no tengo dinero de donde te voy a pagar, el contestó, yo no te pedido nada, simplemente  que la recibas. Siento mucha emoción cuando lo recuerdo pero gracias a esta silla eléctrica, puedo ir donde quiero, visito a los enfermos, salgo a pasear, salgo con los amigos y sobre todo me siento libre de ir donde deseo.


Siempre viviré agradecida a Dios, por haber puesto al padre, a José y a todas las personas que hicieron realidad mi deseo de tener una silla eléctrica, porque desde el momento que la recibí empezó una nueva vida para mí.


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Juana Montes Pajuelo  

December 2012, Lima - Peru

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Siempre he vivido muy aislada del mundo que me rodea, mi mundo eran mis colores y las pinturas en mis cuadros, creaba mi propio lenguaje y mis trabajos, no salía mucho de casa por mi discapacidad  que no me permitía movilizarme a grandes tramos, por mi misma, siempre necesitaba la ayuda de otra persona, que casi siempre era mi mamá.

Así que aprendí a conformarme y a no salir mucho, solo lo necesario, pero con la ayuda de la silla eléctrica que me donó Purinapaq, aprendí a movilizarme sola, me hizo ser más independiente, me dió  autonomía y libertad que antes desconocía, recorrí mi barrio, descubrí tiendas nuevas, conocí personas y descubrir nuevos paisajes, me cambio mucho la manera de ver mi mundo, hechos que ahora me dan las insumos para crear nuevos paisajes que ahora plasmo en mis cuadros.


Con el arte he conocido muchas personas y he hecho muchos amigos, uno de  ellos es José Orozco, cuando recibí una llamada de él por intermedio de un amigo quien me había realizado una entrevista, de mis trabajos en una exposición, al principio creí que era una broma, pero poco a poco trascurriendo la conversación llegamos a entendernos y a acordar una cita en mi casa, la finalidad de la llamada era para que le realizara un cuadro acerca de la discapacidad auditiva, para mí era un reto, porque no había pensado hasta en ese momento pintar acerca de la discapacidad, y en especial de la discapacidad auditiva, lo cite en mi casa para que viera mejor mis trabajos, entablamos una conversación y le fue gustando mis trabajos y mi familia, cuando me contó que había conocido a muchas personas con discapacidad anteriormente por el lugar donde vivía me sorprendió porque nunca había escuchado de él y que había llegado a donar sillas de ruedas eléctricas, así que me ofreció una silla de ruedas para ayudarme a movilizarme con facilidad.